Un curso más os queremos agradecer vuestra deferencia al
hacernos partícipes de todo ese exquisito despliegue gastronómico. ¡Un
verdadero placer para el paladar degustarlo!
Y aprovechamos para haceros llegar algunas reflexiones….
Cada curso escolar es diferente con un horario colmado de
contenidos académicos, pero también de vivencias derivadas de las relaciones
humanas.
Con frecuencia, nos detenemos en los éxitos académicos y
olvidamos las victorias sociales, afectivas…tan o más importantes que
los primeros. Estos últimos delatan cómo nos sentimos, cómo vivimos lo
que nos sucede día a día.
Del mismo modo, diariamente y fruto de esa convivencia, nos
equivocamos, nos sentimos heridos por discrepancias, distintos puntos de vista
ante decisiones del mundo escolar, pero… ¿a qué nos conduce todo esto? A pensar
en cómo ayudar a que todos los niños/as encuentren su lugar para crecer como
personas.
La vida misma es testigo de que con grandes dosis de cariño,
ilusión, buena voluntad y esfuerzo, conseguiremos que nuestros niños/as se
conviertan en personas con criterios propios, autonomía y sensibilidad ante
todo lo que suceda en su largo caminar.
Y por lo que respecta a nuestra profesión….nada es comparable
con aquel furtivo y cálido abrazo, a aquella sincera e inocente sonrisa, a la
nítida y cómplice mirada, al detalle de poco valor material pero de enorme
contenido sentimental de nuestros alumnos/as.
Un montón de agradecimientos a vosotros padres y padres,
alumnos/as y profesores.
¡Feliz
verano!
Claustro de profes de Ruiloba